La palabra ‘Mérida’ viene del latín ‘Emérita’, nombre que los romanos dieron a una ciudad española ubicada en lo que hoy es Extremadura. También el topónimo de otra ciudad de éste estado mexicano, Valladolid, tiene una ‘hermana’ española.
El cráter Chicxulub fue originado por un meteorito y muchos consideran que fue la explosión que causó la extinción de los dinosaurios.
Los españoles tardaron casi 175 años en dominar a los indígenas en esta zona.
En Yucatán es famosa la historia de Gonzalo Guerrero, un náufrago de origen español pero que luchó contra ellos junto a los indígenas.
El escudo de Mérida, con un león rampante y un castillo fue otorgado por el rey español Felipe III a la ciudad junto con el título de ‘Muy noble y muy leal’ en 1618.
La ciudad prehispánica de Chichén Itzá fue la capital más sobresaliente del área Maya, a finales del periodo Clásico e inicios del Postclásico. Hoy es Patrimonio de la Humanidad y está considerada una de las Maravillas del Mundo moderno.
El maíz es un componente esencial de la comida yucateca, y se consume abundantemente. El Popol Vuh, libro sagrado de los mayas, dice que el hombre fue creado del maíz.
Con un clima privilegiado y una posición destacada en la costa Caribeña, el Estado de Yucatán se ha abierto paso como uno de los grandes destinos para los viajeros que desean combinar tranquilidad, cultura y diversión. Largas playas, misteriosos cenotes, impresionantes sitios arqueológicos (como Chichén Itzá, Uxmal o Ex Balám), gastronomía de altura y una más que animada vida nocturna, hacen de este destino un imprescindible para conocer de primera mano cómo la influencia maya y española ha dado paso a un presente mezcla de tradición y modernidad. Mérida, conocida como la ‘ciudad blanca’ es la mejor encarnación de este renacer desde sus profundas raíces coloniales, aunque existen múltiples lugares (y playas) que nadie debería perderse.