Esta ciudad, carismática y pintoresca, refugio de alemanes y recuerdo de españoles, conserva el encanto de lo indómito y desafía con valentía a la apabullante naturaleza que la rodea. Esta siempre alegre villa universitaria invita a la desconexión y al descubrimiento. A las largas caminatas por sus bosques y a los lentos descensos por sus ríos.