Testigo de un pasado

En las afueras de San Pedro de Atacama no todo es yermo, tierra y rocas. Recorres unos pocos kilómetros y las sorpresas no se dejan esperar, ya que te encuentras con una aldea arqueológica en medio del desierto. Son vestigios de estructuras circulares interconectadas entre sí, que poseían diversos usos y funciones de acuerdo a las actividades cotidianas que se desarrollaban en su interior. Con todo esto, te das cuentas de la consolidación de un modo de vida que fue más productor que depredador de los recursos naturales del entorno, lo que se complementa a una milenaria tradición de pastoralismo. Definitivamente el pasado tiene una gran presencia hoy.