La ciudad es muy accesible, pues puedes llegar de un lugar a otro en solo 20 minutos.
Naturaleza, canguros, miel y vino, mucho vino. Adelaide, al sur del país, es la única capital australiana que no fue fundada por convictos y que ha sabido mantenerse fiel a la tranquilidad de sus orígenes. Esta ciudad es, en realidad, un parque urbanizado. Reconocida por sus diferentes festivales y eventos deportivos, continúa siendo un lugar para relajarse y alejarse del ritmo frenético de ciudades del norte. Aquí todo transcurre con calma, junto al mar y con una buena copa de vino en la mano.