Comiendo con los locales

“Pollo con mole aquí” y “El mejor Pozole” lees a la distancia en unos carteles de colores fosforescentes. Parece ser una invitación muy prometedora. Te animas a recorrer este lugar, no estás seguro de si es una casa o en edificio, pero las múltiples cocinas al aire libre, unas al lado de las otras, tienen claro lo que hacen. “Local 1”, “Local 2”, “Local 3” y así hasta el infinito, no estás muy seguro cuál elegir, las caras de los clientes en cada uno de los locales es de satisfacción. Finalmente una señora mayor tras su cocina parece no estar muy interesada en venderte lo que tiene, se ve muy segura de sí misma y por eso mismo la elegiste a ella. Se ve ocupada, pero con paciencia decides esperar a que sus ojos se crucen con los tuyos y puedas ordenar. Tu pozole se ve mejor que cualquiera y estás listo para el primer bocado.